El juego Montessori de clasificación sensorial con 6 piezas texturizadas y 3 bolas blandas es una excelente inversión educativa para bebés de 6‑18 meses. Estimula la motricidad fina, la coordinación, la vista y el tacto, con un enfoque seguro, autónomo y sostenible. Perfecto para familias conscientes del bienestar infantil y el juego con propósito.

Beneficios del desarrollo motor y cognitivo
Enseña coordinación mano‑ojo y agarre con pinza fina, esenciales desde los 6 meses.
Favorece la permanencia del objeto (cuando el bebé deja caer la pelota y la recupera), clave entre 8‑10 meses.
Estimula integración sensorial: tacto, vista, propiocepción al manipular piezas diferentes.
Promueve el pensamiento lógico y clasificación, ya que alinean piezas por tamaño o textura.
¿Qué incluye este set?
- Caja sensorial de clasificación Montessori con 6 piezas de distintas texturas y 3 bolas blandas de colores suaves.
- Las texturas promueven exploración táctil: superficie rugosa, lisa, peluda o granulada, ideal para estimular tacto y coordinación.
Materiales y enfoque Montessori
- Hecho con materiales suaves, seguros y aptos para boca, sin bordes afilados ni piezas pequeñas que puedan suponer peligro.
- Inspirado en principios Montessori: juego auto‑dirigido, libre elección, control de error y repetición con propósito.
- Diseñado para facilitar autonomía y concentración sin pantallas, alineado con prácticas ecológicas y respetuosas.



Aplicaciones prácticas en casa
- A partir de los 6 meses, permite explorar texturas de forma libre y segura (en suelo o high‑chair).
- Entre 9 y 12 meses, ayuda a combinar manos y cruzar la línea media (mutua manipulación) para coordinación y atención.
- De los 12 a 18 meses, transforma el juego clásico en una actividad educativa de clasificación y conteo con las bolas blandas.
Un educador Montessori compartió:
“Las actividades de clasificación y bolas son una fuente constante de atención y permiten al bebé explorar causa y efecto durante meses. Mantienen su interés largo tiempo.”
Esto refuerza cómo un juguete simple pero sensorialmente rico puede convertirse en una herramienta de aprendizaje prolongada.